¿Cuál es su historia con Japón? Desde los 10 años que tengo gran atracción con mi querido Japón, país que miré por mucho tiempo como un lindo sueño. Y si me hubieran presagiado que a mis 30 años habría vivido 2 veces allá, definitivamente no me lo hubiese creído. Hoy, queridos lectores, quiero compartirles una publicación muy especial dedicada a todos aquellos que sueñan con Japón y se esfuerzan día a día por acercarse a su cultura. Les quiero contar lo que han sido estos últimos 20 años, haciéndoles un resumen de cómo evolucionó mi relación con Japón tanto en mi vida escolar, universitaria, laboral y en mi actual vida de madre primeriza en Holanda.
Japón y yo: Vida escolar (1996 – 2004)
Si debo recordar mi primer recuerdo con Japón se me viene automáticamente a la cabeza Sailor Moon. ¡Sí, a los 10 años morí de ilusión con aquel anime! Me enamoré de Tuxedo Mask, coleccioné esquelas de la serie, dibujé, canté y empecé a ver decenas de otras animaciones. Era tan fanática que me gustaba ser catalogada de otaku, vestirme dark, asistir a expo animes y escuchar todo el día música de mis series. Pero cuando vi Rurouni Kenshin, o más conocido en Latinoamérica como Samurai X, me enamoré aún más (o eso creía jajaja).
Con Rurouni Kenshin descubrí los templos japoneses, la tradición y otras costumbres que en otros anime no había visto. Y recibí todo tipo de bromas por estar “enamorada” de una caricatura que parecía chica jajajajaja (Ey! A mi me gustaba!!). En fin, al graduarme del colegio sabía que deseaba estudiar diseño gráfico y que tenía aptitudes para ello… pero no lo hice. Entré a estudiar Pedagogía General Básica pensando en especializarme en Artes Visuales (cosa que tampoco hice, terminé especializándome en Matemáticas 😛 ).
Japón y yo: Vida universitaria (2005 – 2011)
Sin dudas la gran evolución que tuve con Japón fue en la universidad. De tener pensamientos infantiles y llenos de anime, en la Universidad conocí aspectos de la cultura asiática y japonesa que me revolucionaron por completo. Y es que paralelamente a mis estudios de pedagogía realicé un minor de Estudios Asiáticos, estudié japonés en el Instituto Cultural Chileno Japonés, fui parte de Study Group Asia y me gané una beca para realizar un intercambio estudiantil en la Universidad de Doshisha en Kyoto.
En el minor de Estudios Asiáticos aprendí sobre literatura japonesa, economía asiática, historia de China, Corea y Japón. En el Instituto Cultural Chileno Japonés aprendí lo básico del idioma japonés y comencé a entender la idiosincrasia japonesa desde su idioma. Y en Study Group Asia, un grupo de la UC que relaciona universitarios chilenos con alumnos de Asia de intercambio, conocí a asiáticos y a chilenos con mis mismos intereses.
Cuando sólo me faltaba 1 semestre para titularme postulé a un intercambio universitario con la Universidad de Doshisha. Sinceramente pensé que no me la ganaría y que debería esperar varios años por la beca Monbukagakusho para profesores, pero el destino me tenía preparada otra sorpresa. ¡A mediados del 2009 me fui becada a Kyoto por 1 año! Durante ese tiempo estudié intensivamente japonés por las mañanas y cultura japonesa en las tardes en la Universidad de Doshisha. ¡Fue un año espectacular! Viví al máximo día a día, aprendí muchísimo sobre Japón y su cultura, comí de todo, me volví independiente y también aprendí sobre muchas otras nacionalidades. ¡Y es que en mi vida había convivido con tantos extranjeros y japoneses! (Dato, la beca que me gané fue la JASSO, beca para estudiantes universitarios. Y si quieren saber cómo aprendí japonés pueden hacerlo AQUÍ).
Felizmente mi novio, actual marido, pudo ir a verme durante 2 meses, tiempo en el que viajamos por Asia y nos despedimos de Japón, país al que pensamos nunca volver (Sí, con mi novio estuvimos 1 año en relación a distancia y fue lo peooooor!!! 🙁 ).
Terminó ese año, volví a Chile, enfrenté muy bien la adaptación en mi país, me titulé e hice lo imposible por encontrar un trabajo como profesora en un colegio que valorara mis idiomas y competencias… pero bueno, tampoco me fue bien con eso.
Japón y yo: Vida laboral (2012 – 2016)
Finalmente encontré trabajo en Chile como profesora de matemáticas en un colegio en el que tuve libertad para implementar mis proyectos. Allí hice talleres extra programáticos de idioma japonés para niños y de origami, incluso hice un par de sesiones de sushi, caligrafía y fotografía *jejeje*.
Me casé y dos años más tarde se nos presentó la oportunidad de irnos a vivir a Tokyo por el trabajo de mi marido (Si les interesa esa historia pueden leer “¿Cómo llegué a vivir a Japón?”). ¡Y pasó lo impensado, realmente llegué a vivir a Japón por segunda vez! Nos fuimos de Chile a buscar mejores opciones, mi marido en el área de la informática y desarrollo de iOS, y yo a buscar algo que realmente me apasionara. ¿Qué cosa? Aún no lo sabía…
Estuvimos casi 1 mes analizando si irnos de Chile. Y es que habían muchas cosas lindas en mi país que dejaríamos de lado, nuestras familias, nuestro apartamento recién comprado y el inicio de vida de matrimonio en un ambiente cómodo y conocido. Sin embargo aún éramos jóvenes y sin hijos, y no queríamos quedarnos con la duda de pensar años más tarde lo que habría sido nuestra vida tras rechazar a Japón.
Finalmente en Tokyo me reencontré con mi alma artista, esa Vilma que no estudió diseño y que le apasiona la arquitectura y la fotografía. Ahorré para mis cámaras y computador, y empecé a escribir mi primera novela romántica inspirada en Japón, y que aún no termino.
Paralelamente trabajé durante un año y medio como traductora y editora de cuentos infantiles para una empresa japonesa que luego se independizó en Chile, proyecto que actualmente es conocido como Kidint. Y conocí el mundo del blogueo, aprendí a editar videos para mi canal de youtube y nació mi blog Lovilmi y con él un montón de historias para no olvidar.
A casi 3 años de estar viviendo felizmente con mi marido en Tokyo, decidimos marcharnos. Queríamos tener hijos y concluimos que Japón no era un buen lugar para ese tipo de proyecciones, tema que ya les hablé en 10 razones por las que no deberíamos quedarnos en Japón. Lo sé, ¿Paradójico, no? De haber anhelado tanto a mi querido Japón, me alejé de él.
Pese a todo lo que sabía de Japón y lo que aún me enamora, creo que no es un buen lugar para proyectarse en lo familiar. Si eres joven y quieres recorrer, irte de farras, estudiar y darte una oportunidad en la vida, es un excelente país. Pero si quieres agrandar la familia y disfrutar de tu paternidad… en ese caso Japón no es para todos. Creo que a Japón le falta mucho en apertura al extranjero, regular los tiempos y exigencia en los trabajos, mejorar el rol de la mujer, entre tantas cosas que un turista no puede ver a simple vista.
Japón y yo: Maternidad en Holanda (2016 – )
Fue así como hicimos otro salto en el mapa y llegamos a Holanda, país en el que llevamos un año y en que me ha costado muchísimo adaptarme. Sí, Holanda es un país hermoso, la gente es amable y tenemos una muy buena calidad de vida. Pero gran parte de mi corazón aún sigue en Japón. Y no, no nos vinimos forzados, decidimos marcharnos de Japón cuando aún lo amábamos y éramos felices.
En Holanda nació nuestro primer hijo, fue un parto complicado y agradezco que no sucediera en Japón. ¿Sabían que es raro encontrar doctores en Japón que hablen inglés? Al menos en mi caso y la experiencia que tienen mis amigos en Japón, nadie se puede comunicar fluidamente en inglés con doctores japoneses. ¿Se imaginan enfrentarse a un parto de riesgo de su hijo en un idioma que no manejan perfectamente? (Mi nivel de japonés de JLPT3, no me arriesgaría a entender mal una medicación jeje) Menos mal que estamos en Holanda, al menos la lógica me dice que estamos haciendo lo correcto.
¿Tenemos pensado volver a Chile? Sí, esa una opción así como también irnos a Inglaterra o probar en EEUU. Pero donde sea que estemos, creo que siempre habrá una parte de mí que querrá volver a Japón…
En Holanda estamos viviendo con nuestra nueva cultura, actualmente somos una mezcla de raíces chilenas, pasión japonesa y algunos datos prácticos de la holandesa. Vamos a supermercados asiáticos, buscamos restaurantes japoneses en Ámsterdam con buenas referencias japonesas, incluso nuestra casa tiene muchos elementos de Japón.
¡Y ésta ha sido mi historia con Japón en los últimos 20 años! Probablemente mi conexión con Japón sea para nunca acabar. Día a día extraño muchísimo cómo me sentía de inspirada recorriendo las calles de Tokyo, el aroma a té verde, a las personas que conocí, cómo me reinventé en lo profesional, en lo que vivimos como pareja con mi marido y en lo que simplemente no fue. Sin embargo sé que esta parte de la historia debo vivirla lejos de Japón, dar testimonio de lo bueno y lo no tan bueno de vivir allá, retratar lo que definitivamente no quiero olvidar e inspirar a otros soñadores a seguir sus sueños. Y es que queridos lectores, la vida es muy corta como para pensarla dos veces, tan sólo hay que respirar hondo y atreverse a dar el gran salto cuando sientan que están haciendo lo correcto.
Y ustedes, ¿Cuál es su historia con Japón? ¿Se identifican con mi historia? 🙂
Con cariño, V.
PD1: ¡GRACIAS SAILOR MOON! *jajajaja*
PD2: Si les gustó este post y quieren apoyarme virtualmente no duden en darle like, comentar o compartir. ¡Gracias!
10 Comentarios
Gabriel
2 diciembre, 2016 at 4:59 pmMe gusta mucho tu blog y fue una gran ayuda para mi viaje que hice el año pasado. Claramente para todos los que conocemos Japon in situ hay un antes y un después. Para mi siempre fue un sueño de niño principalmente por los juguetes que me trajo mi padre que eran de Japón y despues por todo la historia de su cultura los samurais y finalmente la cultura pop del manga anime jpop y videojuegos. Tengo muchas ganas de volver ahora con mi polola y poder ir a otros lugares mas que no pude visitar antes. Creo que el estar en Japón nos hace valorar muchas cosas buenas de nuestro pais y tener el espíritu de mejorar otras desde nuestro interior. Saludos 🙂
lovilmi
24 abril, 2017 at 8:53 pmGracias por tus palabras Gabriel, y gracias por compartir también parte de tu historia. Concuerdo contigo, Japón es un antes y después. El hecho que sea prácticamente un mundo distinto nos hace replantearnos todo, y que genial que esa sensación también se puede sentir desde la mirada de un turista. ¡Saludos!
Fabiana Parra
3 diciembre, 2016 at 12:25 amLindisima histora. Me inspira mucho! Yo este año apliqué para la beca MEXT y llegué hasta casi las últimas etapas del proceso, sin embargo no se dio. Eso me desilusionó mucho pero esto que escribes acá me anima a quizá volverlo a intentar.
Gracias por compartirla!
Abrazo.
Jessica
4 diciembre, 2016 at 3:32 pmLa verdad es que no tengo nada que decir en cuanto a Japón, pero lo que si me atrae es la gente que se atreve a dar el salto de perseguir sus sueños y terminar haciéndolos realidad. Sobre todo cuando eso significa irte a vivir a otro país con una cultura tan distinta y tan lejos de las raíces.
Lo otro que me ha llamado la atención de tu historia (y reforzado ahora que leo este post) es la valentía que tuvieron para decidir dejar de lado algo que se nota que querían mucho (vivir en Japón) para seguir otro sueño (la maternidad/paternidad) y tener que partir casi de cero en un nuevo país…de verdad tremenda valentía.
Un abrazo a la distanci y gracias por ser tan inspiradora.
Luna
5 diciembre, 2016 at 4:16 amTe leo desde hace un tiempo ya. Es la primera vez que comento. Esta entrada tuya me sacó algunas lágrimas, ya que me puedo ver reflejada de cierta manera en tu historia. Yo soy de México y desde niña Japón también ha estado presente en mi vida, curiosamente Sailor Moon también fue el primer anime que vi, tendría unos 7 años y no me perdía ningún capítulo. Afortunadamente mi papá me introdujo a la cultura japonesa. Recuerdo que la primera vez que comí sushi fue con el. El resto es historia. Yo igual ya estaba por terminar la carrera y el intercambio es obligatorio en mi universidad, así que metí papeles para intercambio en Japón, al inicio tenía planeado irme un semestre, pero me ofrecieron la beca JASSO por un año y heme acá. Llevo tres meses en Japón. Yo si estudié diseño pero en la universidad japonesa en la que estoy no tienen esa carrera, así que estoy tomando materias sobre sociedad y cultura japonesa. Y mi japonés aún es muy básico, pero soy muy feliz. Curiosamente, como tú, también llevo una relación a distancia y ha sido muy difícil, espero que mi novio pueda venir a verme. Creo que eso sería lo que terminaría de hacer increíble este sueño que estoy viviendo.
Gracias por tu entrada.
furtivaa
5 diciembre, 2016 at 1:25 pmQue bello post! me emocioné con tu historia de tantas culturas a través de los años
Como olvidar a las Sailor Moon…. yo tengo un sueño con Tuxedo Mask que me quedó grabado en mi memoria para siempre, obvio que un sueño de niña donde me rescataba jejejeje!!!! también estaba enamorada de él
Creo que eres una mujer super valiente para atreverte a dar esos tremendos saltos por el mundo entero para probar suerte! no todos tenemos esa garra jejejeje
Amo tu casa holandesa, es su luz y espacio
Cariños
Cam
20 enero, 2017 at 9:27 amHola, hace poco estuvr de intercambio y tuve la oportunidad de convivir con Japoneses. Debo reconocer que pasamos momentos memorables e inolvidables. Viajamos juntos en un viaje mochilero, ibamos a fiestas, barbacoas y estudiabamos. Aun asi, fue dificil tener amigos de verdad japoneses. Ya sabes, aquellos que realmente quieran saber de tu vida. Tristemente no he vuelto a hablar con ellos desde que regrese a mi pais. En parte por la diferencia horaria, pero sobre todo porque no entablamos una relacion lo suficientemente fuerte.
Natidí
28 febrero, 2017 at 9:46 pm¡Quisiera poder tener todas esta experiencias también! Adoro tu historia y todo. Wow. Ojalá algún día me toque. ♡
Dripdrip✧・.・゜
¿Cómo aprendí Japonés? Mi experiencia en Chile y Japón - LOVILMI
24 abril, 2017 at 8:50 pm[…] Finalmente si están interesados en saber mi relación con Japón, los invito a leer “Japón y yo, 20 años de historia”: […]
Un año como estudiante de intercambio universitario en Japón - LOVILMI
16 junio, 2017 at 11:38 pm[…] que desde los 10 años tengo una gran atracción con Japón, historia que les expliqué en “Japón y yo: 20 años de historia“. Fue el año 2008 que postulé a un intercambio universitario mientras estudiaba Pedagogía […]