¿Qué tipo de metas académicas les gustarían cumplir en el extranjero? Hoy les quiero compartir la historia de María Belén Solís, una periodista chilena que siempre anheló especializarse en el extranjero, sueño que alcanzó el 2014 cuando empezó una maestría de Relaciones Internacionales en la Universidad de Sogang (Seúl, Corea del Sur). ¡Y por si fuera poco hizo una pasantía en las oficinas centrales de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York! ¡Toda su historia, aprendizajes y consejos, a continuación!
1. ¿Cuándo y cómo fue que llegaste a vivir a Seúl y a Nueva York?
Mi historia con Asia comienza hace años. En un inicio comencé con Japón, quería ir a estudiar allá con la beca Monbukagakusho que ofrece el gobierno japonés a muchos país alrededor del mundo, pero por mi promedio y también debido a la competencia del programa desistí. Sin embargo, llegué a Corea buscando alguna alternativa similar (programa completo) y encontré una: KGSP (Korean Government Scholarship Program). Además encontré a una chilena que estudiaba en ese minuto con la beca, Natalia, ella me ayudó con información del proceso; posteriormente Nelly fue otro pilar fundamental. Ella postuló directo a una escuela en Seúl para cursar su Máster y me guío para hacer mi postulación en el 2014, así fue come llegué a vivir a Corea por tres años, primero al norte. Estuve en una ciudad a 60 kilométros, Chuncheon y luego Seúl. Ahí residí por dos años.
La historia con Nueva York es diferente. Estuve ahí este último verano, me refiero a la temporada del hemisferio norte, porque fui pasante en la Misión de Chile ante la ONU.
2. ¿Cómo fue tu proceso de adaptación en Corea? ¿Qué fue lo más fácil? ¿Y lo más difícil?
Adaptarse en Corea no fue difícil porque el país ofrece muchas alternativas en inglés, pero el idioma es una barrera grande. Tuve la suerte de que cerca de diez latinos llegamos a la misma universidad para estudiar coreano, entonces nos organizábamos y hacíamos actividades juntos, tal vez por eso no me complicó tanto entender en general la rutina diaria de la sociedad coreana.
La ventajas de Corea fueron la conectividad de los servicios e internet en todos lados, un lujo que no he visto en ningún otro lado de los que he viajado. La seguridad es algo que tampoco se compara, eso es lo que más me facilitó la experiencia en un inicio.
Al principio me costó compartir la pieza con una persona que no era mi hermana o una amiga; en Santiago tenía mi espacio pero en Chuncheon el panorama era otro. Baños comunes y el no cocinar fueron lo más duro en el transcurso del primer año y la falta de higiene… Con eso no podía luchar, especialmente con las chinas porque no limpiaban ni limpian los espacios comunes. Y la comida, es muy picante para mi estómago así que sufrí con los platos que vendían. Me hice muy amiga del udon (fideos japoneses de harina) con sopa, también del kimbap y del pollo frito: ¡eso es tan rico!
3. Si tuvieras que compartirnos tu lugar favorito en Corea, ¿Qué nos recomendarías? ¿Por qué?
Yeouido, me encanta ese parque. Es la zona que se conocen como el “Manhattan” de Seúl. Los árboles y el río ubicados ahí son tan placenteros. Uno puede arrendar bicicletas, andar en patines o disfrutrar de cafés con algún pastel, etcétera. En abril también desarrollan por dos o tres semanas el festival de los árboles de cerezos o cherry bloosom que muchos coreanos y extranjeros salen a mirar durante ese período. O en octubre lanzan fuegos artificiales y eso es fabuloso. Yeouido me recordó tanto a Providencia, estudié en el Liceo 7 de Niñas, o el sector que he recorrido los últimos 16 años.

Foto de temporarilylost.com

Foto de cushtravel.com
4. Me comentaste que eres periodista en relaciones internacionales y trabajaste en las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, ¿De dónde partió la idea de trabajar en uno de los organismos internacionales más importantes del mundo? ¿Qué tan difícil fue el proceso de postulación?
La historia con Nueva York es diferente. Como alumna de Relaciones Internacionales busqué una alternativa para conocer el funcionamiento de alguna organización grande y fuera de Corea. Ya había estado en Chile en el centro de Estudios Asiáticos de la Católica, pero sentía que debía profundizar más mi área así que escribí a la misión de Chile ante Naciones Unidas. Fue de curiosa, no pensaba hacer una pasantía en la Gran Manzana, Nueva York no era un destinto dentro de mi planes. Jamás se me cruzó por la cabeza instalarme ahí, pero salió al revés la historia.
El proceso es diferente ahora debido a la nueva administración de Donald Trump, ellos decidieron limitar la entrega de visas, por ende todo requiere más tiempo y es más complejo. Antes, con Obama se gestionaba todo desde la Misión chilena, pero ahora las autorizaciones deben pasar por Santiago (capital, térmico diplomático) y con eso se deben presentar los papeles en la embajada de Estados Unidos más cercana. Para mí fue Seúl y me la dieron en un día. Salí el 16 de junio de Incheon y comencé a trabajar el 19 de junio en las oficinas de la Misión para apoyar a los diplomáticos y conocer el funcionamiento y posición de Chile en política multilateral.
5. ¿En qué consistió tu trabajo en la ONU? ¿Cumplió tus expectativas?
Mi desempeño como pasante sí cumplió mis expectativas porque me explicaron en detalle cada paso y la manera en que se decidían o deciden las resoluciones que adopta el Consejo o la Asamblea General. Para algún grupo de personas Naciones Unidas no tiene mayor importancia o solo es un mundo utópico que vive lleno de buenas intenciones, pero las personas que están ahí trabajan arduamente. No presionan con el trabajo, pero si esperan recibir información o documentos de calidad de cada uno de quiénes participan o son parte de ellos.
En la Misión me enviaron a cubrir reuniones a las que los diplomáticos no podían asistir debido a topes de horarios, a tomar notas sobre temas que tienen importancia para Chile, hechos que me abrieron los ojos y me llevaron a profundizar en temas como el tráfico de personas, los objetivos de desarrollo sostenible, la Agenda 2030 y más cosas. Otra arista importante fue que entré a la reunión de emergencia del Consejo de Seguridad cuando Corea del Norte lanzó un misil, fue el paraíso escuchar el debate de los cinco miembros permantes y los otros diez.
Trabajar en esta organización es un desafío grande y constante porque ellos poseen sus propios códigos y su jerarquía. Una negociación tiene co-facilitadores, las personas que están en los podios dirigiéndolas. Los países recurren al sistema de grupos o trabajan individualmente, dependiendo el tema o conflicto, para expresar sus opiniones.
6. ¿Qué tan caro fue vivir en Nueva York? ¿Viviste muy limitada?
Nueva York es una ciudad cara. Yo venía de Seúl en donde ya había experimentado precios elevados, pero aquí estaba con ataque. No tanto por los precios de la comida, disfruté de fruta como desquiciada, compraba una caja de frutillas por un dólar. Arándandos y frambuesas por 3 o a veces por cinco, pero no era más que eso. También carne y salmón con queso fueron mi salvación, lo que si me costó fue el tema de los impuestos. Cuando pedía una ensalada me entregaban el precio, pero al monto de cancelar aumentaba por los impuestos que se cobran y eso fue duro de asimilar.
Pero en términos de vivienda eso si que es imposible de pagar. Los precios de una sola habitación, dependen del sector, varían aunque siempre están sobre los 800 dólares hacia arriba. Yo estuve viviendo en la calle 96 con Broadway en el Upper West Side, a diez minutos de Central Park y cinco de Riverside por un monto decente, pero sacrifiqué algunas cosas: compartí la pieza con una china por tres semanas y quería morirme por lo desordenada y sucia.
Algo que me encantó de Nueva York fue la gran cantidad de oferta cultural gratis que había. Los museos tienen un aporte voluntario, no todos pero muchos. Central Park cuenta con espacios para hacer ejercicios, caminar o andar en bicicleta por 10 dólares la hora o un poco más. Ver Times Square, llegar a Bryant Park o ver la esquina de Tiffany’s tiene fácil acceso y no se paga nada. Con mis amigos tratamos de recorrer la mayoría de los lugares gratis, pero actividades más caras fueron más difíciles porque tienen mayor costo y como no pagan la práctica eso si me ajustó más el presupuesto.
7. Si tuvieras la oportunidad de vivir en el país de tus sueños, con trabajo y vida estable, ¿Dónde vivirías y Por qué?
Yo quiero vivir en Chile, pero me encuentro en la etapa de la vida de continuar manteniendo experiencias afuera. No me proyecto en este minuto en Santiago, la aventura me seduce y soy bastante aperrada; aprendí porque me tengo una personalidad que ha estado marcada por el cariño y apego excesivo familiar. Por el lado de mi mamá soy la mayor en todos los sentidos, entonces que partiera a Corea fue un golpe duro para la familia, pero ahora se encuentran preparados y saben que puedo salir en cualquier minuto de nuevo.
Mirando hacia atrás retornaría a Estados Unidos, me sentí cómoda y la adaptación es muy rápida y buena en general. Si puedo trabajar en mi área como periodista en temas internacionales en Nueva York estaría muy contenta o en alguna organización internacional en esa ciudad volvería feliz debido a los desafíos más la multiculturalidad que ofrece.
8. Tres cosas que NO extrañaste de Chile.
La suciedad, la inseguridad de sufrir un robo a cualquier hora y la política.
9. ¿Cuáles son tus planes futuros? ¿Tienes pensado volver a Chile?
Después de haber pasado por la Misión y Naciones Unidas espero que mi curriculm tenga más peso, además del inglés y coreano.
Me asusta la realidad de que digan “está sobrevalorada para el mercado” ya que además de periodista tengo un Máster… He postulado a muchos trabajos en Nueva York y a otros en Chile, pero no sé como es o van los procesos y la incertidumbre no es mi mejor amiga, soy ansiosa porque me gusta conocer la respuestas rápido.
Supongo que seguiré esperando por sí o por no para definir lo que haré. Por ahora estoy de vuelta en Canal 13, en Prensa y espero poder aportar con los conocimientos que adquirí en Seúl en temas internacionales, pero hay que ver como se irán dando las cosas.
10. Finalmente, ¿Tienes alguna web o red social donde podamos ubicarte?
Uso Facebook y mi correo electrónico, pero si alguien quiere contactarse conmigo a través de este último debe escribirme porque soy muy quisquillosa con mi información. No tengo problemas con ayudar a los demás si es para que las personas sigan sus sueños, yo he tenido a buenas personas alrededor y a figuras claves en su minutos así que si alguien me quiere contactar mi nombre es Facebook es Belén Solís Ríos.
¡Y ésta ha sido la entrevista a María Belén Solís! Es indudable que seguirá cumpliendo metas en el extranjero, capítulo que espero llegué muy pronto a su vida! Ojalá les haya gustado, y si tienen preguntas, no duden en contactarse con María Belén. Y bueno, si quieren comentar o saludarme, feliz los leeré en los comentarios!! ❤❤
¿Y ustedes, Qué tipo de metas académicas les gustaría cumplir en el extranjero?
(¡Si tuviera tiempo feliz estudiaría diseño acá en Holanda!)
Con cariño, V.
4 Comentarios
nataliaentrearaucarias
3 noviembre, 2017 at 3:33 amAy, yo y mis sueños rotos… siempre soñé con estudiar alguna vez en Alemania, España o Finlandia, pero no sé si a estas alturas ya pueda hacerlo, pero siempre ha sido mi anhelo académico. Me da pena el pensarlo porque aún quiero hacerlo pero siento que la vida me ha llevado por otros senderos alejados de lo que yo originalmente quería hacer conmigo misma. Que lindo leer sobre esta chilena que ha recorrido tanto y siempre disfruto leyéndote a ti Vilma, pero vivo permanentemente con esa pequeña espina en mi corazón. Un abrazo grande!
lovilmi
6 noviembre, 2017 at 1:40 pm¡Hola Naty! Nunca es tarde para realizar sueños!! Te has informado sobre tus reales opciones con becas chile? Siendo profe hay becas especiales, creo que al momento de postular debes estar trabajando en un colegio subvencionado o municipal. FUERZA!!!! Y si por x motivo no logras estudiar en alguno de esos países, conócelos como turista. Los viajes también alivian nuestras espinas traicioneras ♥
¡Un abrazo y gracias por leer!
Paulina Gatica
3 noviembre, 2017 at 4:51 pmExcelente entrevista 😀 entretenida y muy informativa. Y para Natalia (comentario anterior) ánimo,
todos tenemos espinas, pero de igual forma te digo que nunca es tarde. Quizá a los 80 años es poco probable un viaje de aquellos, pero imposible no es jaja ¡Saludos!
lovilmi
6 noviembre, 2017 at 1:43 pmToda la razón Paulina, nunca es tarde para empezar!!
Creo que hace no mucho vi una entrevista a una abuelita chilena de 80 años o más, que estaba empezando a estudiar su cuarta carrera universitaria… I-DO-LA!!!!